Y EL REAL ZARAGOZA, ¿QUÉ?

Tengo dos preguntas ante todos los acontecimientos que están sucediendo en relación al Zaragoza,

Y el Real Zaragoza, ¿qué?

Y la afición ¿qué?

Y cuando digo Real Zaragoza, me refiero al club como equipo; a ese equipo que ganó la Recopa y que representa  a toda entidad y sentimiento zaragocista. Por supuesto, no me refiero al club del que dijo el Presidente Bandrés, todo ofendido, al terminar el partido con el Atlético de Bilbao, respondiendo a los gritos de “Directiva dimisión” que no dejaron de oirse durante todo el partido, que el “club” es una SAD, es decir, una empresa, propiedad del máximo accionista al que nadie le tiene que decir cuando se va.

Y cuando digo afición, no me refiero a la masa que grita desaforadamente en el campo, ni aquellos que van a ver al Zaragoza cuando regalan las entradas al final de temporada para llenar el campo. No; me refiero al aficionado de corazón, a ese seguidor fiel unido en un sentimiento deportivo sano al Real Zaragoza; el que lo acompaña en lo bueno y en lo malo, el que no se merece de ninguna manera que le hagan esto.

Ni la directiva, ni el entrenador cesado, ni la prensa parecen tener en cuenta estos dos conceptos. Cada uno se defiende como puede de las culpas que irremediablemente los acusan e intenta justificarse antes de que lo haga el otro.

Pero ¿qué digo, entrenador cesado? Eso es ya agua pasada; parece que ocurrió hace años. Durante breves días hemos pensado que se estaba buscando un nuevo entrenador; pero parece ser que desisten de buscarlo fuera. Han pasado al entrenador del Zaragoza B, José Aurelio Gay, y dicen (¡qué quimera!) que si resulta, se quedará hasta final de temporada.